La vivienda social es un tipo de alojamiento asequible destinado a personas con ingresos bajos o medios. Su objetivo principal es proporcionar hogares dignos y económicos para mejorar la calidad de vida de las familias con bajos ingresos. Generalmente, son promovidas o subvencionadas por el gobierno o entidades sin ánimo de lucro.
El artículo 47 de la Constitución Española declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna.
Este tipo de vivienda juega un papel crucial en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Asegura que todos tengan acceso a un hogar seguro y asequible, una necesidad básica y un derecho humano fundamental. Además, contribuye a la integración social y a la cohesión de las comunidades.
Es esencial para el desarrollo sostenible de las ciudades y las sociedades. Al ofrecer opciones de vivienda accesibles, se fomenta la diversidad y la igualdad en las comunidades urbanas. También ayuda a reducir la segregación y promueve un entorno más inclusivo y equitativo.
Es una inversión en la sociedad, con impactos positivos a largo plazo.